Nuestro nivel de exigencia hacia nosotros mismos nos ciega hasta tal punto de llevarnos hacia un abismo, esa falta de consideración nos empuja a un nivel de estrés superior al habitual, en algunos casos a sentir ansiedad e incluso a desarrollar depresión.
A medida que el mundo evoluciona con tanta rapidez, muchos en el afán por estar a la altura, como por ejemplo ser padres, tener la pareja ideal, ser trabajadores, tener una casa y un coche perfectos, ser exitosos y felices, todo al mismo tiempo, esos estereotipos han llevado y estan llevando a muchas personas a la desesperación, donde el fracaso está prohibido y el sentirte mal tiene que ocultarse por verguenza.
No tenemos que ser perfectos, estar guapos y planchados, la casa muy limpia, los hijos muy bien educados, etc...
Sólo puedo decir que me niego a ser como todos, que lo que consiga a de ser porque quiero y puedo, no porque la sociedad imponga que tenemos que estar hipotecados hasta las orejas para llegar al estandar marcado. ¡ME NIEGO!
Los estándares sociales estan únicamente basados en el consumismo y en impuestos interminables, pedir préstamos e hipotecas, tarjetas de crédito y sueldos que dificilmente nos permiten pagar ese tren de vida!! Vida finalmente vacía pero llena de deudas.
Soy más partidaria de buscar formas de incrementar ingresos si quiero conseguir más cosas materiales, la satisfacción de conseguirlas es mayor cuando el esfuerzo e ingenio por adquirirlas fue fruto de un extra, vivir más desahogada sin ataduras e intereses altísimos.
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