Me pregunto a menudo...
¿quien soy?
La verdad es que no lo sé, soy a veces paciente, otras veces no tanto, tal vez buena o tal vez no tan buena, a veces tranquila, otras veces inquieta, dependiendo de las circunstancias o de las personas, soy una madre, una amiga, una hermana, a veces soy libre, sin embargo otras veces me siento atada...
Atada a mis pensamientos, descentrada de mi yo verdadero.
Atada a mis pensamientos, descentrada de mi yo verdadero.
¿Cómo diferencias a tu verdadero yo, del que no lo es?
Tu verdadero yo se sentirá mal, cuando el ego te envía señales y situaciones para que pongas en acción una parte de ti u otra.
Generalmente todos vivimos bajo la influencia del ego, éste nos lleva a querer tener siempre la razón, nos volvemos peores personas, a pesar de sentir mal estar, seguimos adelante con lo que creemos correcto.
Queremos estar siempre por encima de los demás, sin distinción, luchamos con quien sea, incluso con nuestra propia familia, competimos y nos hacemos daño.
Al ego subido sólo le interesa ganar, por encima de todo, sólo quiere tener razón.
Tu verdadero yo se sentirá mal, cuando el ego te envía señales y situaciones para que pongas en acción una parte de ti u otra.
Generalmente todos vivimos bajo la influencia del ego, éste nos lleva a querer tener siempre la razón, nos volvemos peores personas, a pesar de sentir mal estar, seguimos adelante con lo que creemos correcto.
Queremos estar siempre por encima de los demás, sin distinción, luchamos con quien sea, incluso con nuestra propia familia, competimos y nos hacemos daño.
Al ego subido sólo le interesa ganar, por encima de todo, sólo quiere tener razón.
¿Con que objetivo ?
Ninguno. Y eso nos hace personas muy tristes.
El ego acaba con relaciones prometedoras, familias y amistades, puede sacar a relucir nuestra peor parte.
Presta atención a tu ego, él te va dando señales, no las obvies, lucha por crecer, por entenderte para poder entender a otros, empieza por ti.
El ego acaba con relaciones prometedoras, familias y amistades, puede sacar a relucir nuestra peor parte.
Presta atención a tu ego, él te va dando señales, no las obvies, lucha por crecer, por entenderte para poder entender a otros, empieza por ti.
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